sábado, 3 de noviembre de 2007

Parece que ya no soy tan joven

Iba yo caminando feliz de la vida, cuando de repente veo unos niños jugando (de algo así como 7 años)con sus figurillas de acción (que a todo esto son muy diferentes a las con que yo jugaba cuando chico) y de repente se les cae una fuera de la reja de su casa. Yo para variar en mi actitud cortes con todo ser humano la recojo y se las entrego, a lo que la nana de turno les dice: "¿como se dice?" y los niños a coro dicen: "Gracias señor". En ese momento supe que estaba viejo, ni siquiera existió la corrección de la asesora del hogar del tipo: "al joven" o algo así.
Desde ese momento supe que me estaba poniendo viejo, había pasado en el lapso de un año de que me dijeran joven a ser un señor. Ustedes no se imaginan la clase de problemas que eso le genera a una persona. Está bien, uno juega a ser adulto joven, a carretear de una forma diferente a la de la adolescencia, tus intereses van cambiando... pero un segundo, es un proceso, no de la noche a la mañana te dicen que estas viejo.
Dada la angustia que me provocó tal hecho, llegue a mi casa a mirarme al espejo a ver si o una de dos: me había comenzado a vestir como adulto propiamente tal o mi cara de cansado-trasnochado y estresado, había comenzado a generar arrugas y canas. La verdad es que no sucedía nada de eso, así que opte por creer que era un error nada más. Cuando al día siguiente voy a la Universidad, me mando mi primer condoro en la pega y comentándole a una persona dos años menor que yo, sobre algunos de los hitos de mi infancia, me di cuenta que no compartíamos casi ninguno. Esto era crónico. Al final de aquel fatídico día fui a una tocata a razón de los 50 años de mi escuela. Al llegar me di cuenta de algo terrible, en aquella instancia sólo habían 4 pelagatos de mi generación, los típicos que se quedan pegados. ¿Significaría eso que las prioridades de mis compañeros de generación se estarían avocando a otras cosas que no son el salir y pasarlo bien? Por esos días, al lesear por el calibre de una talla a un amigo este me responde: "hace siiete años pudiste haber reclamado, pero ahora ya no".
Estuve dubitativo acerca de mi etapa en el ciclo vital hasta que acontecieron dos sucesos terriblemente simbólicos: por un lado un amigo me mandó un link de vídeos de youtube, donde se encontraban muchas canciones de entrada y salida de casi la mayoría de las cosas que veía en mi infancia (para quienes lo quieran ver http://www.youtube.com/user/MiraALaCamara). Por otro lado viendo el club de la comedia, me dieron el golpe de gracia. En la rutina de Natalia Valdebenito, hace una serie de aluciones a varios hitos de mi infancia, comparandolos con los de un tipico adolescente de estos oscuros días.
Con mi ego magullado por todos estos antecedentes, en he llegado a una conclusión, me estoy volviendo viejo y como correlato, mis amigos tambien.